miércoles, 5 de marzo de 2008

Primer día sentado

Prefiero sudar bajo el sol que nos quema a diario y latear en busca de notas periodísticas, a ser quien dé las comisiones sentado durante el día en una sala de redacción pasiva, distante a la velocidad y el calor con el que se trabaja en la calle donde el aire acondicionado no desprende este friecillo que me confirma lo gélido de mi primer día de trabajo como responsable (no soy jefe, son boludeces) de información del diario donde hace un año y siete meses decidieron contratarme. Después de idas y vueltas en la compañía, y ante la renuncia de una ex compañera, es que los jefes decidieron sentarme. No están banqueándome, pero si alejándome de la calle, pidiéndome que asuma la chamba que era de la Chuki.
Posiblemente este sea un diminuto logro en mi carrera como periodista. Dejando la exageración, diré que es sólo un paso más en este camino empedrado y fabricado de retos. Lo cierto es que permanecer alejado de mis fuentes periodísticas, del correr para treparse de una camioneta que nos llevará al notón del día, de joder con los colegas y algunos amigos, me entristece.
Me consuela saber que este trabajo es flexible, que podré regresar a la calle a latear y sudar al menos tres de los siete días de la semana, eso en el mejor de los casos. Me alegra saber que mis pocos amigos en el periodismo comparten lo que se supone debió arrebatarme una sonrisa producto de la felicidad por haber escalado.
Debo coordinar las comisiones y monitorear a los chicos, mis compañeros. La misión consignada es facilitarle el trabajo a los muchachones y complicar el mío. Ellos en la calle deben tener servidito, como lo hacía la Chuki, todo lo que necesiten para hacer bien su chamba y evitar las quejas. Si alguien necesita de un gráfico, yo lo consigo. Y si necesitan dinero para movilizarse al fin del mundo, también lo consigo. O si quieren confirmar un dato recogido en la calle, debo hacerlo también. Y así un huevo de cosas que van surgiendo en el día a día.
Hoy trabajé directamente con el editor. Seleccionamos las notas importantes que serían publicadas en la edición de mañana. Editamos las páginas después de recibir durante la tarde los textos, y coordinamos las fotografías que acompañarían la nota, de tal forma que ambos comulgen en un solo espacio.
Extrañé a los chicos: al chicho, la china, la pecas, al chipinopo, la chiva, y claro a los gráficos que me acompañan en la lateada diaria. Ojalá ellos también me hayan extrañado. ¿Que hay de novelas?, les diré con singular placer cuando los vea... Hasta ese día chicos, espérenme...

2 comentarios:

Rogger Erick dijo...

Asume el nuevo reto con responsabilidad, al mergen de extrañar a los amigos busca tu realización personal y el bienestar de tu familia. Aún nada está decidido, aún no eres jefe. Sabes que estás a prueba, así que demuestra todo lo que nos enseñaron en Radio Universitaria (hoy hasta las huevas)... Un abrazo y cuando te ratifiquen en el cargo, con un mejor sueldo, allí recien acuerdate de los amigos,jajaja

ECAZUL dijo...

No hay nada que felicitar solo reconocer que todo esfuerzo vale la pena,te mereces ese puesto amigo como una vez te lo dije una vez eres muy bueno en tu chamba y eso te llevará lejos, ahora solamente con humildad afrontar el nuevo puesto, la soberbia o altaneria de nada sirven. abrazos