miércoles, 23 de enero de 2008

¿ Me dejó el bus o mi "compañero" ?

Estoy a punto a abandonar el miércoles y me aproximo al límite con el jueves. Es casi la medianoche y siento rabia, pero esta vez no es por un lío de amor (que aún me atormenta carajo). El bus que me llevaría desde Chiclayo a Cajamarca partió sin mí. Y no porque llegara tarde. Todo empezó por un mal entendido que ahora me jode, y mucho. Lo peor es que este mal rato todavía no termina.
Unos tipos del gobierno regional de Cajamarca invitaron al diario donde trabajo a cubrir una reunión de presidentes regionales y ministros, en esa región. Mi editor me pidió que vaya. Me dijo que las reservaciones fueron hechas por los cajamarquinos para las 11:00 de la noche. Lo mismo le dijo al gráfico que me acompañaría en esta comisión. Con el gráfico quedamos en vernos minutos antes de la hora de partida en la agencia para recoger los pasajes que habían comprado en Cajamarca.
El sinsabor de esta noche convertida en drama empezó al oir el timbre de mi celular. ¡Aló!, ¿donde estas?, me preguntaba mi editor, preocupado porque el gráfico que llegó minutos antes que yo a la agencia le había comunicado que las pasajes fueron reservados para las 10:00 de la noche y no una hora después como nos habían floreado. Es decir, con el gráfico llegamos varios minutos después, cuando el bus con nuestros asientos libres, recorría la carretera sin nosotros.
El segundo acto de este drama tiene como protagonista de excepción al gráfico. Al choche le importó un pito que yo aún no llegara a la agencia, y asumiendo una pose estúpida, compró el último pasaje que estaba a la venta y se trepó al último bus que lo llevaría a Cajamarca sin mí. ¡Ve a las demás agencias a buscar un pasaje!, me dijo muy fresco, cuando sabía que en todas las agencias el último bus sale a la hora que él lo tomó sin mí. Me pregunté si hubiese hecho lo mismo que él en su posición, porque desde la mía noté la ausencia del compañerismo, que posiblemente no sea una virtud, pero sí un gesto que valoras en quienes trabajan contigo, pero que también pisoteas cuando se ausentan las decisiones acertadas.
Me editor me llama y me pide que regrese a casa y postergue el viaje por un día porque el evento principal sería un día después. Estaba con bronca, y quizás esa rabia me hizo pensar que aún podía llegar a Cajamarca en uno de los autos de la empresa que reparten el diario en esa región. Llamé a mi editor y se lo sugerí. Él gestionó el viaje y concretó mi idea parida de la rabia.
Mientras escribo este post, espero que el chofer que me llevará a Cajamarca terminé de cargar los diarios. Supongo que el gráfico estará cómodamente sentado en el bus al que no me dejó subir porque debo aclarar que le pedimos que hablara con el chofer de este para que hiciera una excepción y me llevara al menos en el asiento del copiloto.
En fin, esta historia tendrá aún un tercer acto que espero no sea escrito con joda, sino con paz, esa que por ahora me rehuye. Falta poco para ver al gráfico, al compañero. La madrugada nos separa, pero creo que adelante la distancia será mayor.

1 comentario:

Rogger Erick dijo...

Lo buena de una situación difícil es saber quienes están allí para ayudart. Es difícil tener buenos amigos. Pero no te quejes, igual llegaste a Cajamarca y te divertiste bien, claro despúes de realizar tu trabajo...