domingo, 18 de noviembre de 2007

Córtate los dedos...

"Puedo contarlos con los dedos de la mano", dice la novia de mi amigo mientras mi amigo come un chaufa y oye como la mujer a quien ama hace un breve repaso de su pasado, del que duda calificarlo como amoroso, porque entiende que el amor no se presentó antes frente a ella hasta que lo conoció. Es optimista, o es que acaso quiere evitarse maquinar ideas locas y discutir sobre el arribo del amor a su vida. Si llegó antes y murió, o recién llegó cuando mi amigo la conoció.
Y es que siempre hay un antes y un después. Mi amigo entiende eso porque el comentario de su novia nace a raíz de otro del choche que trato de hacer gala de sus añejos dotes de don Juan en la universidad. Mi amigo compartió espacios de su vida adolescente con chicas de las que sólo recuerda en mancha. Es decir, sabe que fueron varias, no sabe cuantas exactamente, sólo que fueron varias. El no podría contarlas con los dedos, lo que diferencia a su novia de este tipo bonachón para pocos y odioso para muchos.
Mi amigo y su novia conocen que el presente feliz o lleno de penas puede convertirse en ese "antes" o "después". Lo es ahora, lo fue hace algunos años y lo será en adelante.
En fin, mi amigo no quiere saltar de un trabalenguas a una discusión porque "antes" no será "después". Sin embargo mi amigo le sugiere a su novia que después de contar a los cinco chicos con los dedos de una mano, se corte los otros cinco dedos y deje de contar. Le pide, mientras ella sonríe, que el quinto sea él, y que sólo utilice su mano para acariciarle el rostro y no para contar nuevos pretendientes.
La novia de mi amigo acepta asesinar sus dedos como un sacrificio de amor. Mi amigo agradece que su novia le regale su vida y deje de practicar matemática. Se besan y abrazan con fuerza porque la luna se acerca así como el bus que llevaría a mi amigo a la distancia. Las lágrimas se despiden también y se deslizan hasta el corazón de mi amigo y su novia. "Córtate los dedos", le recuerda él a ella quien vuelve a sonreir para maquillar la pena del adiós...

1 comentario:

Rosa dijo...

Muy bueno, je je je