domingo, 23 de diciembre de 2007

Copia en navidad

No era igual, pero se besaban como nosotros lo hicimos en la puerta del colegio donde no estudiamos pero secuestramos para atrapar los primeros segundos de nuestro amor, aquel que ahora este blog sabe tolerar porque el mundo -y posiblemente yo- me lo arrebataron.
Ella, una chica guapa, y él, un tipo agraciado. Aunque las diferencias físicas distan a las nuestras, estos muchachones remedaron sin quererlo aquel segundo beso, el que se amarró a la cadena de besos que iniciaron en el paradero a casa.
Me pareció gracioso que la vida calcará episodios ajenos en propios. Ay reina, aunque encarcelo mis recuerdos para cumplir la promesa de sepultarte, soy traicionado por la fuerza de voluntad, un débil aliado que se arrodilla ante la luna nuestra.
Mañana es navidad y no estarás. Mañana prometo dedicarte mis plegarias para que puedas ser feliz. Mañana juro que mi corazón llorará porque esta navidad ni la otra me abrazarás como lo prometiste en un calculo aventurado de la vida juntos que planeamos.
Después de llorar sonríele a papá, mamá y al descolorido hermano tuyo. Abrázalos como si estuvieras abrazándome, y ámalos con la misma intensidad con que me amabas en las noches de luna. Posiblemente hoy camine frente a aquella escuela que guardó mi corazón latir por un amor ahora fracturado. Feliz Navidad HLLYR...

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